domingo, 13 de marzo de 2011

Dios, excusa de mediocridad

Bueno primero que nada se que el titulo suena medio ateo, pero he de mencionar que no va por ese camino.

Este ensayo va en base, o creo que tiene algo que ver con mi reciente pequeña depresión, debida a varios sucesos que me han tocado afrontar. Resulta que ha lo largo de mi vida como todo hombre he tenido mis fracasos, se que soy muy joven para decir eso pero creo que a los dieciocho ya se le puede decir vida. Últimamente estos fracasos se han vuelto muy consecutivos. Perdí muchas cosas, y me rendí en más, y ¿Cuál era mi reacción ante eso? Ninguna, pensaba “Tal vez no se hizo esto por que Dios no lo quiso” o “NO es el camino que Dios quiere que tome”. Soy católico, a mucha honra, y he de decir que aún así me siento estupido al escribir esto. ¿Por qué?

Estaba sentado en misa cuando, al poco tiempo del comienzo de esta, mi cabeza comenzó a volar hacia estos pensamientos. Me di cuenta que usaba a Dios como excusa de mi falta de entusiasmo ante el fracaso. Era  el pretexto perfecto para detenerme al primer fracaso. A dejar de tratar desde el primer intento. Que a gusto ¿No? Pero esta mal, la vida no se debe enfrentar así. No me gusta meter a Dios en todas estas cuestiones, pero aunque lo viera en la perspectiva religiosa esta mal, o se contradice. Seria como una falta de constancia o laboriosidad, Se que Dios tiene un camino para todos, pero al mismo tiempo Dios nos da la libertad de elegir, no estoy diciendo tomar otro camino, si no que en ese camino que nos da están incluidas nuestras elecciones, nuestros desvíos, y nuestros obstáculos.

Dios no quiere que nos detengamos ante el primer fracaso, en este camino que nos pone, tenemos nuestro obstáculos pues la vida, no es fácil, vamos a tener que afrontar las cosas para llegar al “fin” de nuestro camino, a la meta o como le quieran llamar. Tal vez les pase, probablemente no, yo tenia mi excusa para evadir estos obstáculos, y eso no me llevo a ningún lado.

Se que este ensayo esta mas teológico que filosófico. Pero esta enseñanza que acabo de descubrir aplica para todos. Católico o no, todos tenemos retos en la vida, problemas que enfrentaremos, tarde o temprano, los cuales podemos evadir, con una pequeña excusa. Eso no nos sirve de nada ni nos lleva a ningún lado. Si, la vida se vuelve más sencilla, más fácil, pero esto al mismo tiempo se vuelven sinónimos de mediocridad. Y si buscabas satisfacción, estoy seguro que ahí no se encuentra.

Lo que trato de transmitir aquí, es que no hay que quedarnos de brazos cruzados, ante la primera adversidad. El que persiste alcanza, Nadie detiene al terco. Y es cierto algunas veces para lograr algo tenemos que jalar contracorriente, y créanme eso no es fácil. Pero la recompensa, o la simple satisfacción de haberlo logrado, son muy gratas.

Y de repente retomo conciencia de donde estaba, demonios, el padre ya estaba en media homilía y yo ni le puse atención al evangelio. Pero no importa saque un aprendizaje a pesar de eso.

Desde el mismo lugar de siempre. Esperando a que llegue el Internet para subir este breve ensayo. Les escribe Nava.
Originalmente escrito el 06-03-2011 a las 11:23.

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