jueves, 24 de febrero de 2011

Carta de Arolion

Desde hace tiempo ya tenía ganas de compartir este pedazo de escrito, esta simple carta del libro que escribo. Siento que les puede transmitir algo más que solo un momento de entretenimiento, si no también un momento de reflexión.




Hijo mío, mi pequeño Arley:
…Arley… más hermoso nombre no pudimos haberte escogido, en los tiempos oscuros que afrontamos en estos días, y que, en un futuro te tocara afrontarlos, no lo dudo, se la realidad en la que te escribo esto, se la situación a la que me enfrento y no quiero ilusionarme, al no escribir que probablemente cuando leas esto ya no esté presente, pero sería engañarme, mataría por encontrar otra solución, y poder pasar el resto de mis días a lado de mi querida familia, y a tu lado por supuesto, reírnos un rato de el drama que estoy escribiendo, pero no se puede, las cosas no salieron así.

Es fabuloso como tu simple nombre me brinda tanta tranquilidad en estos momentos de agobio, pues me enfrento a una gran lucha, tal vez una lucha de puños y espadas, tal vez otra clase de lucha, pero una lucha a la que no estoy seguro que pueda terminar de la manera que yo quisiera. Aún así quiero que sepas que a pesar de que no vencí, no perdí.

Antes de marcharme, quisiera entregarte un pedazo de mi sabiduría, sabiduría que con suerte te sacara de problemas en los que no veas solución alguna.

No existe la derrota, a pesar de que tu oponente te haya derribado, y no puedas levantar tu espada para defenderte, no existe la derrota aunque esclavicen a tu gente y no veas más de cuatro muros por el resto de tus días, no existe la derrota, ni cuando te encuentres enfrente de un gran ejercito, con solo tus puños para defenderte, Solo existe la derrota en la mente de uno, puede que caigamos, pero cuando te levantes, tu victoria será más grande y más poderosa que cualquier otra victoria corrida, no existe la derrota a menos que tú lo permitas.

Arley, sigue creciendo, sigue tus sueños, y no te detengas, pues en ti esta la llave de convertir una derrota en victoria, de una caída volver un glorioso levantamiento, y de un llanto crear una sonrisa.

Me siento más pleno después de escribirte,  y aunque sé que me voy, regreso de una manera que no para todos es comprensible. Y que sepas, que si lees esto en tu cuarto, sabiendo que no hay nada de qué preocuparte, o que si lees esto en un apuro sin solución sepas que  estoy ahí, a tu lado, en las estrellas, en el sol, en el pasto, en mi misma ausencia, estoy ahí. Y siempre estaré ahí, por ti.

Mi esperanza: Mi Arley.
Tu padre.

5 plumas: Capitulo I.

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